En 2023 se alcanzarán 10 años consecutivos con crecimiento del ingreso por remesas, superando ya los 60 mil millones de dólares en términos anualizados. Sin embargo, algunos observadores han planteado la sospecha de que se está utilizando este vehículo para operaciones de lavado de dinero.

Al respecto, Jesús A. Cervantes Gonzalez, Director de Estadísticas Económicas y Coordinador del Foro de Remesas de América Latina y el Caribe en el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), rechazó este argumento y aseguró que las transacciones irregulares en remesas son mínimas y por tanto irrelevantes en el total. 

Mencionó, que las personas o analistas que plantean lavado de dinero en remesas no tienen conocimiento sobre el funcionamiento de la industria de remesas y sobre los controles operativos y de las unidades de lavado de dinero que permanentemente aplican las remesadoras, los bancos que operan en la industria y los pagadores de remesas.

¿Qué es el lavado de dinero?

Consiste en ocultar el origen ilícito de bienes y recursos obtenidos a través de actividades ilegales. Los recursos y bienes ilícitos son separados de su fuente de origen a través de sofisticadas transacciones financieras. 

Los recursos ilícitos son reintegrados al sistema financiero a través de transacciones personales o comerciales como inversiones, compra de artículos de lujo o bienes raíces, entre otros, para aparentar legalidad.

Cervantes González, quien encabeza el Foro de Remesas que coordina actividades de los bancos centrales de América Latina y el Caribe en el tema de remesas, aseveró que  todas las transacciones financieras pueden ser vulnerables a lavado de dinero, pero por ello hay controles. Una remesa puede tener que pasar hasta cinco filtros, mayores que en el caso general de las transacciones financieras. 

Consultado por Qué Banco, el experto indicó que una remesa que se envía a México, digamos desde un local en Nueva York puede participar la remesadora, un banco mexicano y un pagador que puede ser una cadena de supermercados. 

En el local de envío de la remesa hay controles operativos, se captura nombre del remitente y este tiene que mostrar una identificación que queda registrada. 

Controles estrictos en las transacciones de remesas

Hay controles adicionales como los aplicados a los montos enviados, la frecuencia de envío e incluso puede preguntarse el motivo del envío. Si la persona ya había sido identificada con un intento de envío irregular, queda excluida de intentos posteriores. 

El envío de la remesa puede ser rechazado y pedírsele al remitente que llame a un call center donde le van a pedir información adicional. La remesadora también tiene una unidad de vigilancia de lavado de dinero. 

El banco con el que opera la remesadora, al igual que la cadena de supermercados pagadora tienen ambos controles operativos y de vigilancia de sus unidades de lavado de dinero. Si se logra filtrar un envío irregular será identificado, lo que hará luego sumamente difícil que el remitente lo pueda repetir. 

Recordó, que algunos analistas han señalado que los envíos de remesas a México son utilizados por organizaciones criminales como vehículo para lavar dinero. 

Los argumentos han variado: desde simples señalamientos de que el crecimiento de las remesas ha sido muy elevado y, por tanto, debe de haber algo raro y señalando que como es que crecieron tanto considerando la pandemia de Covid-19.

Otros, han comentado que hay fuerte presencia de carteles de droga en México en estados del país que son importantes receptores de remesas.

Se amplia la red de pagadores 

También han señalado que hay municipios del país que antes no recibían remesas y ahora reciben, lo cual es sospechoso.

El especialista del Cemla comentó, que el crimen organizado debe contar con mejores alternativas para lavar dinero que hacerlo mediante el envío de remesas, que requiere mucho trabajo, organización y contar con cientos de miles de cómplices. 

Una característica que comparten los distintos analistas que han vinculado las remesas con lavado de dinero es que parece que tienen poco conocimiento acerca del funcionamiento u operación de la industria de remesas.

Asimismo, tales analistas desconocen la evolución del ingreso por remesas de otros países latinoamericanos. 

Jesús A. Cervantes dijo, que hay varios factores que explican el incremento de las remesas: la pandemia se enfrentó luego de varios años en que en Estados Unidos, el empleo, las remuneraciones medias y la masa salarial de los trabajadores mexicanos inmigrantes habían seguido una tendencia al alza, por lo que la posición financiera de dichos inmigrantes y la utilización de ahorros acumulados les permitieron seguir apoyando a sus familiares en México.

Aumenta la masa salarial de los inmigrantes

Además en esos años fue aumentando el porcentaje de inmigrantes que lograron obtener residencia documentada o ciudadanía y hay un diferencial de ingresos o remuneraciones entre los trabajadores indocumentados y los documentados, aun si cuentan con el mismo género y escolaridad. 

La masa salarial de los trabajadores mexicanos inmigrantes en Estados Unidos pasó de 188 mil 550 millones de dólares en 2013 a 267 mil 754 millones en 2019, un incremento de 79 mil 204 millones que implicó en ese lapso de 6 años un crecimiento promedio anual de 6 por ciento. En 2022, dicha masa salarial alcanzó 319 mil 942 millones de dólares. 

De acuerdo con estudios del Cemla en 2022, el porcentaje de la masa salarial obtenida en Estados Unidos por los trabajadores mexicanos inmigrantes que se envió a México como remesas resultó de 17.5 por ciento.

Este porcentaje se ubica muy por debajo de lo que los migrantes hondureños y guatemaltecos en Estados Unidos envían a sus países de origen. En el caso de los migrantes guatemaltecos el porcentaje del ingreso enviado como remesas es cercano a 40 por ciento. 

Beneficios de los programas de apoyo.

Además, un número importante de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, tanto documentados como indocumentados, pudieron beneficiarse de los programas de apoyo de los gobiernos federal, estatal y locales.

Un porcentaje significativo de los trabajadores mexicanos inmigrantes en Estados Unidos laboran en sectores que durante la pandemia se consideraron esenciales y que continuaron operando, tales como los de agricultura, manufacturas y la construcción.

Hubo actividades que durante la pandemia mostraron un fuerte dinamismo como las entregas a domicilio de productos, de supermercado, alimentos o medicamentos, actividades que utilizan mano de obra inmigrante.

La fuerte caída que registró en Estados Unidos el empleo y la masa salarial de los trabajadores mexicanos inmigrantes ocurrió de enero a abril de 2020 y a partir de mayo ambas variables comenzaron a recuperarse y mantuvieron una tendencia al alza. Ello fortaleció su situación y consecuentemente su capacidad financiera para mandar remesas a México.

Si bien es cierto que hay fuerte presencia de carteles de droga en estados del país que son importantes receptores de remesas, tales entidades desde antes del repunte en los últimos años de las actividades del crimen organizado en el país, ya eran fuente de emigración hacia Estados Unidos y notables receptoras de remesas. 

“Sobre el cálculo que ha circulado de 4.4 miles de millones de dólares de lavado de dinero a través de remesas, implicaría si calculamos remesas por un monto promedio de 400 dólares, 11 millones de envíos irregulares, cifra imposible de observarse considerando los controles existentes”. De hecho, con envíos mensuales de 400 dólares, lo anterior requeriría de 917 mil cómplices en ambos lados de la frontera.

Abundó, que aún en el escenario de que se materializara la cifra de 4.4 miles de millones de dólares de transferencias irregulares de remesas, ese dinero no estaría plenamente lavado.

Suponiendo un tipo de cambio de 17 pesos por dólar, ese monto de transferencias implicaría 74 mil 800 millones de pesos en efectivo que difícilmente pueden usarse para comprar un auto, adquirir una vivienda o un negocio, ya que por control de lavado de dinero esas transacciones implican que los recursos se transfieran a través de cuentas bancarias o transferencias financieras.

Con relación al argumento de que hay muchos municipios que antes no recibían remesas y que ahora sí y eso es sospechoso y refleja lavado de dinero, señaló que uno de los desarrollos más importantes en los últimos años de la industria de remesas es la ampliación de la red de pagadores. 

“Cuando se integra a dicha red una cadena de supermercados o de tiendas de conveniencia es inevitable que se observen fuertes incrementos en el pago de remesas en municipios que no tenían cobertura de pagos o en los que era insuficiente”.

La red de pagadores a nivel de municipios y de pequeñas localidades todavía tiene mucho margen para ampliarse. 

Los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021 indican que el 30.8 por ciento de los hogares receptores de remesas se ubican en localidades de menos de 2 mil 500 personas y un 17.8 por ciento adicional en localidades de 2 mil 500 personas a menos de 14 mil 999 personas. 

EU no ha detectado vinculación con lavado de dinero

Finalmente, un aspecto que ningún analista en México que haya asociado envíos de remesas con lavado de dinero ha considerado, es por qué si existe esa vinculación ninguna autoridad financiera de Estados Unidos lo ha señalado. 

Sería sumamente difícil que si las autoridades financieras de ese país identificaran lavado de dinero en remesas a México no hubiera a la fecha alguna filtración al respecto. 

La estrategia anunciada el 11 y el 14 de abril del presente año por el gobierno norteamericano para combatir las cadenas de oferta y el tráfico ilícito de fentanilo, así como el lavado de dinero, lo que incluye acciones del Tesoro de Estados Unidos, no hicieron referencia a las remesas enviadas al exterior, puntualizó.